viernes, 14 de septiembre de 2012

Un rezagado ave


Presencia y voz rompieron la bandada
recién llegada de
el mundo sin invierno.

Un rezagado ave
indeciso gritó: reconocí ("¡Esperadme!")
mi propia voz.
                     No otra primavera
comiendo grano solo sin dirección alguna.


Poema de Aníbal Núñez, del libro Primavera soluble (Valencia, Pre-textos, 2012; palabras preliminares de José Ángel Valente)

1 comentario:

Anónimo dijo...
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