domingo, 9 de septiembre de 2012

Cierto excedente de la mirada


Erika Martínez escribe sobre Árboles con tronco pintado de blanco en la Revista Mercurio:

"Quienes leímos el brillante Así procede el pájaro (Pre-Textos, 2004) lo esperábamos. Árboles con tronco pintado de blanco, de Juan Antonio Bernier, es uno de esos poemarios cuyos versos llenan la página. No de tinta, sino de sonidos. Sonidos espesos, ocultos bajo una engañosa parquedad, que se expanden y retumban, como la voz en el interior de una habitación vacía. Árboles es un libro de cadencia diáfana y lectura hermética. Sus poemas difuminan las fronteras entre lo físico y lo espiritual, crecen donde la realidad se vuelve intangible, pero aún brilla, huele y nos sopla en la nuca: “Al volver a sentarme, / he perdido una idea. / Pero no su rastro”. Aislados, expuestos al primer plano antinaturalista de Bernier, los objetos adquieren un aura fantástica. No hay en sus versos una subjetividad contenida, sino más bien proyectada: yo es fuera. Una contemplación intensa vacía al hombre y traspasa su humanidad al paisaje: “El aire disimula al sentirse observado”. Los objetos cobran una cualidad magnética, apoderándose de cierto excedente de la mirada" (para seguir leyendo, aquí o aquí).

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